Ochagavía es la fotografía perfecta, esa que siempre queda bien; no importa ni el día ni la luz. Es la postal del Pirineo navarro con sus calles empedradas, sus cuidadas viviendas de tejados empinados y su río con un viejo puente medieval.
La iglesia de piedra, de la que sobresale una robusta y elegante torre, ofrece una interesante perspectiva que rompe la horizontalidad de una instantánea. El paisaje de altas cumbres y profundos bosques completa una imagen en la que no deben faltar las antiquísimas danzas en honor a la Virgen de Muskilda.
El pueblo de Ochagavía está situado a 764 metros de altitud en el extremo más septentrional del valle pirenaico de Salazar, al noreste de Navarra. Rodeado de altas cumbres y extensos bosques de hayas y pinos silvestres, es una de las localidades más pintorescas del Pirineo navarro por la arquitectura de su caserío y por su ubicación en la confluencia de los ríos Zatoia y Anduña, que a partir de este punto se denomina Salazar.
Durante el mes de agosto, por las tardes, se ofrecen desde la Oficina de información turística y el centro de interpretación, visitas guiadas para grupos por el pueblo, donde se podrán conocer aspectos culturales, históricos, así como la belleza de sus caserones calles, et.